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domingo, 16 de octubre de 2016

Hablemos de DUWAMPS, Seattle, o como prefieras llamarla



El pasado fin de semana lo dediqué a disfrutar de una ciudad nueva para mí. Pocas cosas más emocionantes que descubrir un lugar por primera vez. 

Seattle debe su nombre e historia a las tribus indígenas que la habitaban, en concreto a Noah Sealth, jefe de las tribus Duwamish y Suquamish, más conocido como Jefe Seatlle. Fue David Swinson "Doc" Maynard, uno de los colonos "fundadores de la ciudad"  -cuando decidieron apropiársela-, quien nombró la ciudad en honor al Jefe Seattle. Antes de ello, la ciudad se conocía como Duwamps y sus habitantes se denominaban "The people of the inside". Se dice que hoy día tan sólo 50 personas saben hablar el difícil dialecto de las tribus amerindias.

Pero a su vez contamos con distintos y variados apelativos contemporáneos para nombrar a la ciudad de Seattle; podemos escoger entre "Queen City", "Gateway of Alaska" (este es mi preferido), "Jet City", "Grunge City", o el actual apodo haciendo referencia al verde que la rodea, "The Emerald City"; no obstante, en mi caso la ciudad me mostró su lado más "Rain City", que es lo habitual diariamente durante el invierno, pero no tanto a comienzos de octubre, que es cuando yo viajé.



Destacada por ser ciudad sede de Amazon, Microsoft o Boeing; la gran cantidad de café que se consume y contar con el primer establecimiento de la onmineprente cadena Starbucks, entre otras; el Space Needle (Aguja Espacial); su cercanía con Canadá y la bella Alaska; su flora y fauna (es posible avistar orcas en esta parte del mundo!); los Seattle Thunderbirds (Hockey), Seattle Seahawks (Futbol americano) y Seattle Mariners (Béisball); ser una de las ciudades más alfabetizadas y liberales de USA; y ser la capital del estado de Washington, donde se grabaron "Algo para recordar" del genial Tom Hanks, "Twin Peaks", "Doctor en Alaska", "Anatomy of Grey", la saga "Twilight" y sí, también "Fifty Shades of Grey".

Pero lo que caracteriza a Seattle y le otorga su personalidad es su música. Una vez más el poder de la música, que surgió sin pretensiones ni la intención de destacar, sino de hacer algo diferente con lo que sentirse identificado.

Bienvenidos a la ciudad madre del Grunge. Una ciudad que igual debida a su arrinconada ubicación pasó desapercibida hasta que el ya conocido "Seattle Sound" resonó a finales de los 80 y explotó de tal manera por medio de bandas que impulsaron esta evolución musical a comienzos de los 90 -Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains como destacados- que atrajo unas miradas a las que por allí no estaban acostumbrados. 
El famoso guitarrista Jimi Hendrix también escogió Seattle como ciudad natal.
En la actualidad, destaca Foo Fighters como banda de rock , formada en esta ciudad por Dave Grohl, ex batería del grupo Nirvana, tras la muerte de Kurt Cobain en 1994.

Hoy día Seattle es lugar de peregrinaje de melómanos o personas que realmente se identifican con el estilo y carácter Underground que baña esta ciudad; una ciudad que da la oportunidad de que surjan nuevos grupos, y que sabe apreciar su identidad musical.

En cuanto a cuestiones prácticas, Seattle, o como prefieras llamarla, es una ciudad manejable. Perfecta para recorrer en un fin de semana. Bien comunicada por el servicio de autobús (que dependiendo de qué conductor/a te permite incluso no pagar), un servicio de tren (Link) que te traslada por 3$ a su aeropuerto más concurrido, conocido como el Seatac (fusión Seattle-Tacoma), y un monoraíl, que a la vez que conecta las atracciones más turísticas, resulta curioso a la vista; he de confesar que me recuerda al Monoraíl que sale en un capítulo de los Simpson jaja. No olvidarnos del Uber o Lift, tan socorridos en este país. No obstante, patearla si la climatología os lo permite.

En cuanto a alojamiento, Seattle no es una ciudad pensada para mochileros/as ni con precios asequibles. No obstante, si cuentas con un presupuesto ajustado y te va el rollo alberguista te recomiendo alojarte en "Green Tortoise Hostel". Es lo más económico que encontrarás en buen estado y lo mejor: su ubicación; está enfrente del mismísimo Pike Place Market en el que invertirás horas, o incluso repetirás como hice yo.


Día 1

Mi avión llegó el viernes a las 11 y media de la noche, con dos horas de retraso. Llovía y estaba cansada, así que esa noche fui directamente a dormir para el sábado amanecer temprano y ver todo lo que tenía previsto para ese día.

Dormía cerca del Distrito Universitario, así que aprovechando la localización, aunque en un primer momento no lo tenía en mente, quise darme una vuelta por el campus de la Universidad de Washington y apuntarme a la lista otro más. Tras verlo puedo decir que es totalmente prescindible si ya has visto universidades como la de Stanford de California o la Columbia de New York, pero está bien que te pasees si no tienes la posibilidad de ver ningún otro campus americano.

Visto pues, me cogí un Uber a la primera parada que tenía en mente inicialmente, el Gas Works Park, un parque público aprovechado en el terreno de una antigua fábrica que llamó mi atención, donde la gente va de picnic los días soleados y aprovecha para volar cometas por su colina. Está ubicado a ras de Lake Union, y tiene unas vistas de la ciudad al frente que tienen que ser una pasada y lucir mucho más en un día no tan oscuro como el que me tocó a mí. Una buena panorámica aunque lejana de la ciudad, incluyendo su famoso Skyscraper, el Space Needle.


Después de esto, tocó un poco de caminata guiado por el siempre útil Google Maps hasta coger un autobús que me llevase al Downtown, concretamente a la zona de Seattle Center, donde están concentradas la mayoría de atracciones turísticas de la ciudad. Yo me centré en las 3 siguientes:

Space Needle (Aguja Espacial), el famoso rascacielos y mayor atracción turística de la ciudad. Fue construido en 1962 inspirado en la torre de Stuttgart en Alemania, siendo en su día el edificio más alto al oeste del Mississipi con sus 184 metros de altura. En la actualidad es eclipsado por otros edificios de la costa oeste, incluido el Columbia Center de la misma ciudad de Seattle con 285 m; pero no cabe duda que la imagen del famoso rascacielos es el símbolo de la ciudad.

El rascacielos cuenta con una enorme tienda de souvenirs que cubre toda la planta baja; el SkyCity, un restaurante con comida típica de la costa oeste, que gira 360º en 47 minutos, y al que sólo se puede acceder con reserva (imagínate qué precios); el mirador exterior de 360º (Observation Deck) y una zona interior con cafetería donde querrás refugiarte del viento y puede que lluvia que te encuentres.


  • Ya que estamos, compra la entrada para subir dos veces en un plazo de 24 horas, porque podrás subir tanto de día como de noche y tener una perspectiva distinta de la ciudad de Seattle a tus pies (day/night ticket).  El precio para adultos de una entrada simple es 22 $ y para subir dos veces 32 $. Para mí, teniendo en cuenta la diferencia de precio, considero que merece la pena. Ya de hacerlo, si se puede, ¡Se hace bien!
  • Lleva el ticket ya comprado de internet para evitaros las largas colas (www.spaceneedle.com). Además, si lo llevas ya comprado te permiten ponerte a la cola de entrada 30 minutos antes del inicio de tu hora. Yo tenía para subir a las 11 am (tú escoges la hora de entrada cuando compras el ticket online) pero a las 10.30 ya me permitieron pasar e ir leyendo los carteles de información que te encuentras hasta que llegas al ascensor que te lleva al mirador de 360 º.  
  • Antes de coger el ascensor que os llevará arriba, os ofrecerán echaros una foto con la que luego harán un montaje. No la rechacéis porque 1) es gratis 2) tras ella os darán un papel con una banda electrónica impresa, la cual necesitaréis usar si queréis que una máquina programada os eche una foto en el mirador exterior del Skydesk con las mejores vistas del downtown. Tú usarás tu propia cámara, pero esta cámara tiene una perspectiva desde lo alto que no podrás conseguir de ninguna de las maneras. Me encontré con que algunas personas rechazaron la foto abajo y no pudieron hacerse esta arriba. Una vez que te hayas hecho la foto del mirador, podrás verla escaneando el mismo papel en unas pantallas que verás en el interior del rascacielos. Podrás también escoger el fondo que más te guste de entre las opciones, y lo mejor, mandarte ambas fotos a los correos electrónicos que quieras y/o compartirlas en tus redes sociales. 
  • No tienes hora tope en la que bajar, así que puedes dedicarte a hacer vídeos y echarte fotos hasta que te aburras o hasta que te canses de tener una guerra constante para que tus pelos te dejen ver durante al menos 10 segundos sin interrupciones. 
  • Sé que voy a decir una obviedad, ¡pero ojo! Cuidado de no tirar el papel impreso con tu ticket, ¡que te hará falta mostrarlo de nuevo para subir por la noche!
  • Cierran a las 9.30 pm.
  • Me reitero, no puedes ir a Seattle de visita y no subir, porque sería como ir a San Francisco y no ver el Golden Gate o ir a Santander y no disfrutar del Palacio de la Magdalena y sus alrededores. A nivel personal, después de haber estado en el Skydeck de Chicago (la Torre Willis), o en el Top of the Rock de New York (Rockefeller Center), a mí me supo a poco. Seguramente si me hubiese tocado un día claro y hubiese podido disfrutar de las vistas del Monte Rainer (también emblema del estado de Washington), el Monte Baker, los Montes Olímpicos o las montañas de la cordillera de la Cascada, estaría mucho más maravillada. Como todo, las impresiones son subjetivas.

Tras esto comí, rápidamente en un centro comercial justo pegado al Space Needle y mi siguiente parada. Era cubierto, conscientes de su utilidad para días de turismo lluvioso como ese, y lleno de franquicias para escoger tu almuerzo. Llené el estómago y me fui a mi siguiente lugar de visita.



Chihuly Garden and Glass. El museo más bonito que he visto en mi vida.


  • Nuevamente recomiendo llevar la entrada ya comprada de casa.
    Aquí también me encontré una gran cantidad de gente en la entrada, donde estaba la cola para comprar los tickets y una tienda con réplicas de lo que luego verás en el interior del museo. Podría describirlos como souvenirs preciosos llenos de colores que me hubiese comprado aunque luego no hubiese sabido para qué, si no fuese por su elevado precio. Así que no me llevé nada, me pudo la razón, pero disfruté con las vistas.
  • El precio de la entrada de adulto es 22 $. Yo tenía la hora de entrada a las 2 pm (también tienes que seleccionar el horario de entrada al comprarla online). Por otro lado, tienes la opción de comprar un pack de entrada online Space Needle + Chihuly Garden&Glass por 36$, que evidentemente sale mejor al bolsillo, aunque de esta forma estarías prescindiendo del Day/Night del Space Needle. Decisión personal, pero yo recomiendo hacerlo por separado si no sabes si vas a volver a esta ciudad alguna vez en tu vida, como es mi caso.
  • Sobre el museo. Es de tamaño pequeño, pero a mí me dejó con la boca abierta. Tendrá unas 6 salas + una vidriera con el Space Needle que da salida al Jardín + el Jardín lleno de más bellas decoraciones que se fusionan como elementos naturales del propio jardín.
  • Chihuly es un escultor americano (Tacoma) especializado en trabajos con vidrio soplado. Chihuly comenta en un vídeo que podrás ver en un mini-cine al acabar la visita, que su estilo cree que es influenciado de forma inconsciente por las flores del jardín de su madre, y que está basado en la expresión de las piezas como parte de la naturaleza, integradas en la misma. Ejemplo de ello es el jardín que verás allí. Por otro lado, además de sus exposiciones internacionales, las obras de Chihuly decoran casinos y hoteles, como el techo del hall del famoso hotel Bellagio de las Vegas.
  • Como dato sobre la producción de las obras de Chihuly, el artista perdió la percepción de profundidad necesaria para el trabajo en vidrio, a consecuencia de la pérdida de visión en uno de sus ojos en un accidente de coche, por lo que necesita que un equipo de artistas reproduzcan sus proyectos plasmados con pintura en lona.
  • Al igual que en el Space Needle, aquí también hay trabajadores en algunas de las salas que podrán hacerte una foto con una cámara profesional y te darán el ticket con el que podrás enviártelas al correo o a tus redes, por medio las pantallas que verás al salir de las salas.
  • Tampoco tienes hora de salida, cuando tus ojos se hayan quedado se hayan quedado con los detalles y tus fotos sean de tu gusto.
  • Los viernes y sábado cierra a las 8 pm y resto de días a las 7, incluido domingo.
  • Mucha gente se va de Seattle sin verlo. A MUST when visiting Seattle. No te lo pierdas!
Una vez salí de esta maravilla de museo, me fui directa a mi siguiente parada en mi itinerario, el EMP. Hubiese preferido verlo más tranquilamente al día siguiente con más tiempo, pero está ubicado en el mismo Seattle Center y llovía tanto en ese momento que tampoco podía dedicarme a patear la ciudad como me hubiese gustado, así que allá que fui.

EMP MUSEUM (Experience Music Proyect)
  • El EMP, o lo que en español llamaríamos, Museo Experimental de Música, incorpora Music + Sci-fi + Pop Culture.  Está especialmente dedicado a la cultura popular contemporánea y la evolución creativa de la música americana, destacando en él el homenaje a locales como Jimi Hendrix y la banda Nirvana.
  • Fue diseñado por el arquitecto Frank Gehry, a cargo del cofundador de Microsoft, Paul Allen. 
  • El edificio como tal es impresionante y precioso. Me da un aire al edificio Guggenheim de Bilbao, pero nada que ver. Está inspirado en la guitarra Fender que Jimi Hendrix solía destrozar tras cada concierto, adoptando la forma de una guitarra eléctrica deconstruída con volúmenes ondulados. La estructura está decorada con diferentes colores vivos y enérgicos, como la música americana, y con su particular simbología. Inspirado en el Rock and Roll con el azul de las guitarras Fender, el dorado de las guitarras Les Paul, el morado haciendo alusión al tema de Jimi Hendrix "Purple Haze", y los toques rojos en homenaje a las furgonetas descoloridas que las estrellas de rock conducían.
    Lo colores metalizados cambian en función de la luz del día, de igual forma que la música cambia y evoluciona. La verdad es que es una pasada y especial.
  • Al entrar te encuentras con una tienda de souvenirs sobre películas de ciencia ficción o grupos locales musicales. Una vez entras, llama la atención una colección inmensa de guitarras que se elevan en forma de cono hasta la planta superior ¡Guapísimas!

Dentro del museo hay diferentes salas tratando un compendio de temas que juntos conforman la cultura pop actual, véase a través de la música, el cine, la moda, los vídeo juegos y cualquier otra forma de expresión, siempre abiertos a innovar.


  • En concreto en la actualidad nos encontramos con estas exposiciones: 




La de los cuentos "Worls of Myths and Magic".

La del terror "Can't look away: The lure of horror film". 

La sala de los videojuegos "Indie Game Revolution".

La de Star Trek "Exploring New Worlds" (requiere entrada adicional).

La de la Ciencia Ficción "Infinite Worlds of Sciece Ficcion". 

La de la moda "World of Wearable Art".

La dedicada al equipo de fútbol americano de la ciudad, los Seattle Seahawks "We are 12". 

Y las salas estrellas, las dedicadas a Jimi Hendrix "Wild Blue Angel".


Nirvana "Taking Punk to the Masses", que no sé cuántas veces les habré mencionado en este post jaja.




  • A su vez, cuenta con museos fijos como la colección de guitarras "Guitar Gallery"; el laboratorio de sonido "Sound Lab" (mi preferido) donde podrás experimentar por ti mismo cómo es cantar en un estudio con material profesional y tocar instrumentos como el bajo, la guitarra eléctrica, los techados y la batería; y otro interactivo que permite subirte al escenario "On Stage", que desafortunadamente estaba en mantenimiento cuando yo fui. Entre otros!
  • Merece la pena? Sí, mucho. No obstante, no sé si por las prisas o las altas expectativas que tenía puestas en él me quedé con ganas de más. Pero prima el hecho de que es diferente a todos los museos en los que he estado por la temática, y sobre todo por su naturaleza interactiva. Eso me encantó, al igual que su concepto: 
It’s a platform that allows us to build communities; discover new artistic outlets; and gives us a means to thrive. 



  • No me encontré casi cola para entrar (también era tarde), pero una vez más recomiendo comprar la entrada por internet, que a su vez te incluye un código promocional para validar 10 $ en un trayecto de Uber, que viene "que ni pintao'".
  • El monorraíl atraviesa literalmente el edificio. Tiene que ser curioso el cogerlo, aunque personalmente reconozco que yo no lo hice.
  • Cierra a las 6 pm.

Tras mi maratón de atracciones turísticas en el Seattle Center, quise acercarme al Pike Place Market, otro icono de la ciudad y para mí lo más destacado junto al museo de Chihuly

Yo no lo sabía, pero la hora de cierre del mercado es a las 6 de la tarde (para ellos noche), así que tenedlo en cuenta a la hora de planificaros. Yo llegaría a eso de las 5.30 y muchos puestos ya se habían recogido. No me importó porque tenía el día del domingo para dedicarle todo el tiempo que quisiese, y me encantó anochecer allí, viendo cómo recogían los mercaderes y se alumbraban las luces. Es un sitio súper turístico pero que a la vez intenta conservar su tradición de cada día. Día tras día. 

Como dato, el primer establecimiento de la franquicia Starbucks se abrió aquí en 1971 en el Pike Place Market. En ese momento era la hora de cenar (para los que tienen horario americano), y aún así había cola para entrar a un pedir un café, comprar uno de los souvenirs que ofrecen (tazas, termos o bolsas de café), o simplemente curiosear.




Me quedé a cenar en uno de los establecimientos del Market llamado "Local Color". Cerveza y sandwich 10 dólares, nada mal para estar donde estás y ser USA, que no lo regalan precisamente. 

Tras esto cogí un autobús directa al Space Needle nuevamente para canjear mi 2ª visita que, como os comentaba, estaba reservando para la noche. Estaba lloviendo y hacía el mismo viento que por la mañana, pero aún así me alegro de haber vuelto a subir, esta vez con la ciudad iluminada.

Tras esto cumplo con lo que quería ver en el día de hoy, incluso lo supero. Ahora lo que más me apetece es tomar unas cervezas, e ir a los 2 locales que, por lo que leí, más se ajustaban a lo que buscaba de Seattle: música grunge en directo en locales míticos donde tocaron bandas importantes de la ciudad, y sobra decir, que Nirvana es una de ellas.

Así que del Space Needle fui andando al barrio Belltown, el que junto a Capitol Hill tiene más ambiente en la ciudad (este segundo, de ambiente gay y bastante animado y divertido). En Belltown se encuentra haciendo esquina "The Crocodile", desde 1991. Es conocido por ser el mejor local del noroeste del país para escuchar música en directo y reconocido por la revista Rolling Stone como uno de los mejores clubes del país. Por allí han pasado grupos como el ya mencionado Nirvana, así como Pearl Jam, R.E.M o Yoko Ono, y hoy día siguen ofreciendo conciertos todas las noches de talla local, nacional e internacional de hiphop, rock, punk, metal, folk, songwritten, electrónica y avant-garde.


Me encontré con una cola grande al entrar, y es que sin querer llegaba media hora antes del comienzo de un concierto de un grupo nacional al que no conocía pero que atrajo a bastante gente. Era la única chica de la cola, así que me hice un par de "amigos" que curiosos se acercaron a preguntarme si había venido a ver el concierto. Majetes. Costaba 25 $, así que no los pagué, pero sí que entré al bar gratuitamente para verlo y tomarme una cerveza. En las paredes había fotos colgadas de conciertos importantes que tuvieron lugar allí. Había también bastante gente, muchos de ellos cenando pizzas que tenían bastante buena pinta (tienen horno de leña), y a buen precio, al igual que la cerveza, que 4 $ en un sitio que tiene nombre está bastante bien, teniendo en cuenta que estamos en la costa oeste de USA.


Tras la cerveza, me fui en busca de otras al otro garito que quería visitar y que curiosamente estaba a solo 10 minutos andando de donde me hospedaba, el "Blue Moon", otro de los originarios del movimiento Grunge, donde se dice que todos los grupos que pueden llegar a algo empiezan tocando allí. Así que cogí un Uber y allí que fui.

Por fuera parecía que estaba cerrado por la luz tenue que había en el interior, pero afortunadamente estaba abierto y justo con lo que estaba buscando encontrarme. Pagué 8$ de entrada, no sé si es algo habitual o porque había concierto, pero sea como fuera ese dinero estuvo bien invertido. Ahí estaba yo, escuchando música grunge en directo, algo que nunca había hecho y menos en su sitio original, mientras me tomaba unas cervezas en la barra y comía cacahuetes. Escuché a 3 grupos diferentes y hablé con gente que entre otras cosas me comentaron que los segundos eran muy buenos. Yo disfruté los tres, y las cervezas no pudieron saberme mejor.

Día 2


Amanecí temprano, rondando las 7 am. Antes de nada, me planteé el ir a ver la casa en la que vivió Kurt Cobain con su mujer Courtney, en Viretta Park, la misma casa en la que se quitó la vida. Pero deseché la idea porque me pillaba lejos del centro, el Uber me salía caro, y estaba satisfecha con la exposición que vi el día anterior de Nirvana en el EMP.  Por otro lado, no se ve más que la fachada de la casa desde lejos y un banco que los propios seguidores del famoso líder de Nirvana han llenado de firmas y escritos mostrando su admiración. A falta de un homenaje en la ciudad por parte de las instituciones, ya están las personas para crearlo. Solo en Aberdeen, su ciudad natal, podrás encontrar una estatua conmemorativa desde el año 2014, 20 años después de su muerte.

Dicho esto, y aprovechando que ¡Hoy no llovía! me fui directa al Pike Place Market, otra vez, que era mi idea inicial y lo que más llamó mi atención de la ciudad cuando empecé a leer sobre ella. Lo primero que hice fue desayunar, (¡yo si no desayuno desfallezco!) así que hice la cola correspondiente del Starbucks, que como consumidora de Frapuccinos que soy, tenía que pedirme uno allí. A la salida, ya con Frapuccino en mano, me puse en otra cola más larga incluso que la del Starbucks; era la del establecimiento de al lado, una pastelería muy pequeña llama Piroshky. Así que hice la de "si hay tanta gente por algo será" y probé. Muy rica la caña de chocolate que me pedí, aunque en ese momento cualquier cosa me hubiese encantado. Y todo Take Away, nada de sentarse para comer; muy americano.


Con el estómago lleno, llegó el momento de pasear por el mercado, sin ningún tipo de prisas, simplemente disfrutando viendo los cuadros, a las mujeres preparando los ramos de flores frescas, los puestos de fruta, los de pasta, y por supuesto los de pescado. El mercado es famoso por ver a los pescaderos lanzarse los pescados entre ellos mientras corean algo que no llegué a descifrar. Yo sólo lo vi en la pescadería que se encuentra justo debajo del famoso cartel luminoso del Pike Place Market (el de la foto), donde por cierto sólo trabajan chicos jóvenes, algo que me llamó la atención.






Me paseé el mercado unas 4 veces sin cansarme, viendo también tiendas de antigüedades y tomándome otro café, esta vez en una cafetería francesa que hay en el interior.

De ahí me fui andando por el Downtown aprovechando la "no lluvia", viendo el edificio de la Biblioteca Central, el museo asiático y la histórica plaza de Pioner. Justo aquí se encuentra un tótem precioso entregado por los pueblos de Alaska. La gente de Seatlle se siente orgullosa de los dos totems que decoran la ciudad; no obstante, un local me explicó que esos totems son realmente un símbolo de vergüenza, para que nunca se les olvide los saqueos que hicieron en tierras de Alaska en época de colonización. A su vez, se encuentra un busto del Gran Jefe Seattle, líder de los antepasados de estas tierras.

Justo en Pioner Square se puede hacer un tour subterráneo que te lleva por la zona Underground de la ciudad, puesto que Seattle ha sido construida por encima del nivel del mar tras el incendio que quemó la ciudad en 1889. Lo que he leído sobre el tour tiene buenas referencias, pero yo no lo hice así que no puedo decir más.
Lo que sí te aconsejo es que te acerques a ver la planta baja del edificio que está enfrente, uno de los edificios más antiguos que se conservan en la ciudad, y hagas un descansito para tomarte algo en su subterráneo. Su nombre es "Merchants Café"

De ahí fui caminando a la zona de los Piers (embarcaderos) que se encuentran a pocos minutos. Un paseo muy agradable donde se encuentran los muelles y embarcaderos con restaurantes donde comer cangrejo (muy típico) y demás productos locales, la noria de la ciudad y el acuario de Seattle, que según dicen merece la pena sólo con tal de ver a los adorables nutrias. 
En este lugar se coge el Ferry que te lleva a la única cosa que sí que siento que se me quedó pendiente: ir a la isla de San Juan; desde allí se hace un tour que te lleva a ver animales marinos, teniendo un alto porcentaje de posibilidad de ver ballenas y orcas, algo con lo que habría alucinado. Pero requiere un día que yo no tenía (y es caro), así que lo dejaré para cuando en un futuro viaje a Alaska. Como se suele decir, ¡quien no se consuela es porque no quiere! jaja




Una vez acabé con el paseos por los embarcaderos subí por unas escaleras la colina que me lleva de regreso al Pike Place Market, que desembocan cerca de una calle estrecha "decorada" con un elemento muy popular: ¡chicle! Y de todos los colores, así que los curiosos que nos acercamos finalmente no pudimos evitar contribuir añadiendo otro más de nuestra cosecha ¡Todo sea por el arte!

Con este "abanico de colores" bajo el  Pike Place Market me despido de la ciudad de Seattle. Voy andando por el Downtown hasta llegar a Westlake Station donde cojo el Link (en el subterráneo) que me lleva directa al aeropuerto, no sin antes pasar por los dos estadios más importantes de la ciudad que vi desde el mismo tren, el Safeco Field de los Mariners y el CenturyLink Field de los Seahawks.

Me despido de la ciudad de Seattle. Si bien no me voy enamorada de ella, sí que me siento afortunada por haber conocido un poquito más de una ciudad apartada y menos tenida en cuenta que otras del país; pese a tener mucho, mucho que ofrecer.

No veo una forma mejor de acabar el post que remontándome a los orígenes de Seattle. Así que os copio dos fragmentos de la carta del gran jefe Seattle, de la tribu de los Swanish, la cual escribió en 1854 a Franklin Pierce Presidente de los Estados Unidos de América, en respuesta a su oferta de compra por las tierras donde vivían. 

La carta entera me parece una preciosidad (es larga), por no decir una reliquia, que invita como mínimo a la reflexión. Os animo a que la busquéis y la leáis entera :)


"El Gran Jefe de Washington envió palabra de que desea comprar nuestra tierra. El Gran Jefe nos envía también palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos mucho esta delicadeza porque sabemos la poca falta que le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco vendrá con sus armas de fuego y tomara nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington puede confiar en la palabra del Gran Jefe Seattle, con la misma certeza que confía en el retorno de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas del firmamento. 

¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?, esta idea nos parece extraña. Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos?


Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, cada aguja brillante de pino, cada grano de arena de las riberas de los ríos, cada gota de rocío entre las sombras de los bosques, cada claro en la arboleda y el zumbido de cada insecto son sagrados en la memoria y tradiciones de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo los recuerdos del hombre piel roja.. (...)

Deben de enseñarle a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros antepasados. Digan a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestro pueblo, a fin de que sepan respetarla. Es necesario que enseñen a sus hijos, lo que nuestros hijos ya saben, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que ocurra a la tierra, le ocurrirá también a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo, se están escupiendo así mismos. Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra".


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