Everest + Annapurnas = Himalayas ¡Juntos Molamos Más!
No hay tiempo que perder, ni en la ida, ni en el durante, ni tampoco en la vuelta; cuando volvemos de un intenso viaje, la rutina no da tregua, nos arrastra, y hay que seguir viviendo en la cotidianidad. En este choque frontal de mundos que se produce tras la llegada, las cabezas empiezan a hacer su trabajo, a reposar y tomar asiento como espectadores de lo vivido, con las paso de los días. Hasta entonces habían sido nuestros cinco sentidos los que habían estado frotándose las manos con lo que estábamos viviendo.
Ahora sí, dos semanas después, creo tener "ordenado" al menos gran parte de todo lo que nos traemos de este viaje nepalí. Hoy soy una persona mucho más rica, y para nosotros, Juntos Mola Más, de eso se trata, de crecer juntos, hasta ser unos obesos emocionales si es necesario.
Y me encantaría más, seguir viajando, ya mismo, pero no quiero atragantarme, así que me tomo la pausa de treinta minutos que nunca cumplía de pequeña para hacer la digestión; ahora valoro esta pausa tanto como la necesito para retener. No quiero que se escape lo que siento, ni tampoco los detalles, al menos no ya, es demasiado bonito lo que vivimos. Yo es que soy muy de saborear ¡Y de pole pole/bistari bistari! (hasta para comer, ya sabéis los que me conocéis, siempre esperándome a que yo acabe... 😂).
Así que en relación a lo que os cuento, sobre la importancia de una buena digestión para aprovechar todos los nutrientes, dedico este sábado de manta en que por fin llueve en Cantabria para escribir esta crónica, llena de personas maravillosas, en las que pienso mientras presiono las teclas.
Segundas partes pueden ser muy buenas. Ejemplo de ello somos la nueva expedición de viajeros intrépidos que embarcamos hacia Nepal el 28 de septiembre de 2018, de la mano de Juntos Mola Más.
Ahora sí, dos semanas después, creo tener "ordenado" al menos gran parte de todo lo que nos traemos de este viaje nepalí. Hoy soy una persona mucho más rica, y para nosotros, Juntos Mola Más, de eso se trata, de crecer juntos, hasta ser unos obesos emocionales si es necesario.
Y me encantaría más, seguir viajando, ya mismo, pero no quiero atragantarme, así que me tomo la pausa de treinta minutos que nunca cumplía de pequeña para hacer la digestión; ahora valoro esta pausa tanto como la necesito para retener. No quiero que se escape lo que siento, ni tampoco los detalles, al menos no ya, es demasiado bonito lo que vivimos. Yo es que soy muy de saborear ¡Y de pole pole/bistari bistari! (hasta para comer, ya sabéis los que me conocéis, siempre esperándome a que yo acabe... 😂).
Así que en relación a lo que os cuento, sobre la importancia de una buena digestión para aprovechar todos los nutrientes, dedico este sábado de manta en que por fin llueve en Cantabria para escribir esta crónica, llena de personas maravillosas, en las que pienso mientras presiono las teclas.
Segundas partes pueden ser muy buenas. Ejemplo de ello somos la nueva expedición de viajeros intrépidos que embarcamos hacia Nepal el 28 de septiembre de 2018, de la mano de Juntos Mola Más.
Juntos Mola Más se había convertido hacía menos de un año en mi medio favorito de apertura al mundo, mi escape de la rutina, mis catalejos culturales y mi paraguas de encuentro con personas maravillosas a las que me siento unida desde las primeras conversaciones por Whatsapp.
Muchos me habéis preguntado desde mi primera experiencia en Tanzania; al igual que los cientos (¡Cientos!) que viajamos buscando de inicio algo diferente y especial, nos volvemos adictos al buen rollo que nos conecta, y sin nadie tener que tomar una decisión, nos sentimos parte de la familia JMM, que nació de forma natural (que no biológica), y que aumenta el número de miembros con cada grupo que despega sus alas.
Ojo, esto no quita evidentemente para que también recurramos a otras formas de viajar, en función de lo que nuestro momento personal nos pida (no vaya a sonar mi discurso excluyente, al revés).
Ojo, esto no quita evidentemente para que también recurramos a otras formas de viajar, en función de lo que nuestro momento personal nos pida (no vaya a sonar mi discurso excluyente, al revés).
El amor en las cosas pequeñas, lo bonito de la diversidad (y cuanto más diferente, mejor), la ayuda mutua, la superación personal, el desarrollo comunitario y, no menos importante, la inquietud por conocer el mundo real.
Si no lo habéis hecho ya, os animo a consultar la web donde toda la info está muy destallada, o poneros en contacto directamente con nosotrs! 😃
http://www.juntosmolamas.org/
VIAJA, CRECE, AYUDA, AMA, COOPERA, ¡VIVE! es ya el eslogan -aprobado y registrado- que nos define, con modesto pero cariñoso orgullo.
Viajamos y gozamos, a la vez que colaboramos positivamente procurando contribuir con distintas aportaciones en los proyectos existentes en el país de origen. Como dice Paco y comenté en el post anterior, sin grandes pretensiones, siempre dentro de nuestras posibilidades, y siendo exquisitamente respetuosos con la forma de vida de sus gentes, que es diferente a la nuestra, mejor o peor, pero es la de ellos. TURISMO SOSTENIBLE. Responsable y solidario.
Por tanto, con el fin de disipar posibles dudas, nuestro viaje no tiene como fin únicamente el disfrute propio de descubrir un país nuevo, que ya es emocionante de por sí, sino también asegurarnos que nuestra ayuda o aportación es ajustada, necesaria y bien empleada en beneficio de todos, así como detectar posibles nuevas necesidades que estén a nuestro alcance cubrir. Existe una labor de campo, muy importante y valiosa para que esto sea posible y se traduzca en un impacto positivo en la vida de las personas. Todo es relativo, por eso "poco" puede resultar y resulta ser "mucho".
Desde JMM procuramos la igualdad de oportunidades y de acceso a la educación, como necesidad básica y Derecho que debiera ser universal.
Focalizando en Nepal, nuestra contribución se destina a HOPAD, Child and Women Promotion Society, contribuyendo al pago de las tasas escolares de los 19 niños que viven en la casa de acogida gestionada por Purna y su encantadora familia. Allí viven niños de distintas edades con distintos orígenes familiares, pero todos complicados, algunos determinados por la discriminación hacia su casta (dalits, o parias, los intocables considerados fuera de los varnas). En HOPAD funcionan y se sienten como una familia que tuvimos el inmenso placer de conocer y cuidaron todo detalle. A su vez, HOPAD contaba con un proyecto que procuraba la capacitación, empoderamiento e inserción laboral de la mujer, que desafortunadamente se encuentra parado por falta de recursos en la actualidad.
El grupo lo conformábamos 22 viajeros, sin previamente conocernos en su mayoría, pero con unos valores compartidos que nos garantizan que todo marchará.
"Don't worry about a thing, 'cause every little thing is gonna be alright". (Bob Marley)
"Don't worry about a thing, 'cause every little thing is gonna be alright". (Bob Marley)
Para algunas personas, hacer lo que más nos gusta -viajar- con JMM no era la primera vez. Así es la familia que se escoge, una vez que la conoces, haces por encontrar el momento para sentirte en casa de nuevo. Para la mayoría, Nepal era la primera toma de contacto, y eso me ilusionaba más aún.
Para mí, era la primera vez que viajaba anteponiendo el disfrute ajeno al propio. Hacía meses Paco había confiado en mí para sumarme al equipazo de "patrones" (nomenclatura cariñosa). No dudé ni un segundo, qué suerte la mía. Y Nepal era flipante para iniciar este ilusionante reto. Porque para mí era eso, un reto, o un sueño cumplido que paradójicamente no se me había ocurrido soñar. A mi lado contaba con Cati, mi copatrona, así que no podía salir nada mal. Pero inevitablemente estás nerviosa, quieres que salga todo bien, transmitir, estar a la altura de un viaje tan especial. Y mi compromiso personal era procurar la transformación mágica del grupo, que se va fusionando mientras convive bajo el paraguas de JMM. Un día es una semana aquí, comentábamos entre cervezas, y me lo pusistes muy fácil.
Este post no se trata de describir el viaje; no se trata de revelar, sino de relevar. De invitaros a descubrir esta forma de viajar en grupo, este país por explorar con vuestro prisma, y la hospitalidad y la sonrisa constante de los nepalíes.
Pero no puedo evitar dedicar el siguiente señor párrafo de esta entrada a mis satis -amigo, en nepalí-. Por todo lo vivido.
A vosotrxs, mis nepalíes 💜
Me quedo con...
los nervios previos de algunxs proyectados en el chat, la impasibilidad de otrxs; la puesta de caras en el aeropuerto, y las primeras miradas; el selfie embarcando de Alberto; los 9 kgs de mochilas; la celeridad de los operarios de Dubai, y el avión esperándonos para despegar; las colas para el visado; Cati, Rafi, Alberto y Purna tras las puertas; los sorteos de pasaporte; los Everest, los Annapurnas, pero sobre todo los Himalayas; oler a sobaco en los autobuses públicos; cruzar la carretera a suerte o muerte; el intermitente a golpe nepalí; el cortocircuito cerebral cuando te mencionan un nuevo dios hindú e intentas ubicarlo sin éxito en el árbol genealógico de tu cabeza; Katmandú, Patan, Bhaktapur y el río Bagmati; bailar en mitad de la plaza de Bhaktapur a petición de las autoridades; el reencuentro especial de los dos grupos en Bungumanthi después de días sin vernos; escoger a ciegas la comida newari; la cuna de la cultura asiática ante nuestros ojos; la damnificación del terremoto siendo reconstruida; el rito de la cremación en Pashupatinath y la fiesta de las luces dando palmas con los locales; los templos y las plazas Durbar; nuestra cara flipando al ver la stupa de Boudhanath; hacer un boomerang tocando juntos las ruedas de oración; el blanco, el verde, el azul, el amarillo y el rojo, los colores de las banderas budistas que decoran todo; los cuencos tibetanos en nuestras cabezas; Javi comprándose el cuenco extragrande, y sus cuchillos; las cervezas en los roof; las comidas en los roof; el dal bath, los momos y los chow mein; las Nepal Ice, la Gorkha y la Everest -as cold as can be-; las rupees incoloras engordando nuestra cartera; Lore Kumari; el regateo grupal pretrekking en Thamel; los niños de Hopad, Purna, Jitu, la familia, su dedicación, su nobleza (y los discursos que facilitan la somnolencia); la acogida de principio a fin; la hipersorpresa de un cumpleaños que ha dejado huella en mí; la cara de los niños, y estar juntos otra vez; Sarita, una de las sonrisas más perennes de la tierra, y sus garbanzos para desayunar; echarnos fotos de carnet toda la trupé; las curvas de la muerte hacia Pokhara -ingenieros de caminos, gracias-; la emocionnerviosmiedorespeto antes de empezar el trekking; Alberto y sus trucos de magia; Jose recitando; las escaleras... ¡Las escaleras! Sin fin hasta Ulleri; los Sherpas adelantándonos en chanclas; las bajas de quienes decidieron no seguir, pero lo intentaron; las paradas a medio camino para comer queso; olvidarnos al vasco si no fuera porque apareció con el plato de queso; el apoyo del grupo y los alentadores aplausos en la llegada; los caminantes cervatillos en cabeza, los bistari bistari y el altavoz de música de escoba; ¡Ai llorona!, La Mujer de Verde, Madre Tierra, las Cosas Pequeñitas y Niña Voladora; el brasero en el refugio de Ghorepani; las cartas y el siete y medio; más escaleras; amanecer en PoonHill; la salida del sol tras ochomiles, tresmiles, y un subidón de millones; los mantras al amanecer en Ghandruk; dejar a Sergi un poquitirrinín encerrado en la habitación; los set breakfast y el tibetan bread; la bajada que te hace echar de menos la subida; la satisfacción de la llegada ¡Aventura superada! El grupo convertido en piña; el chillout de Pokhara; Carlos tocando la guitarra y nuestras voces celestiales (soldadito marinerOoOoOo); el nido de amor -el sevillano durmiente, el vasco candy candy y el buenismo de la guardia civil-; volar, literalmente, sobre el lago y bajo los cielos del Himalaya; Galván dejando su sello en el aire; volar también sobre el río Trishuli, mientras salimos despedidos de la balsa del rafting; los miedos superados; desencallar un autobús; la nostalgia antes de incluso despedirnos; recoger las mochilas facturadas -mochileros, pero cómodos-; la bienvenida sorpresa de Paco y Ana, mi emoción al verles, y detenerme ante la unión del grupo -hubiese parado el tiempo ahí, al menos un poquito más-; las cervezas que sellan la expedición; el video teletransportador de Sergi; la playlist de Pauchi con nuestras BSO; las palabras posteriores en el grupo de whatapp, que son compartidas, y que nos abrazan en nuestro día a día
Pero, sobre todo, me quedo con vosotros, como grupo, y como personas.
Habéis sido un grupo de la ostia, y una compañeramiga de "patronaje" maravillosa, que todo lo hace fácil.
Gracias por confiar y abriros a vivir así. A mostraros. Y compartirlo.
Juntos Mola Más, y llegamos más lejos.
Corazónamarillo.
Y después de una experiencia de vida así, la vida seguirá para todos; también para los niños de Hopad, con quien tuvimos la oportunidad de convivir, aunque sea por unos días. Es la capacidad de valorar esos pequeños momentos lo que nos permite disfrutarlos, no cuestionando que siempre puede dedicarse más tiempo o generar un impacto mayor.
Somos como el efecto mariposa "el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo". Un pequeño cambio, puede generar grandes resultados.
Y aunque estos niños, Sarita, Purna y su familia no se imaginan el alcance de sus acciones en nosotros, la realidad es que son ellos quienes generan el mayor impacto. Es la digestión necesaria que mencionaba al principio la que nos lo descubre con el paso de los días, y nos lo ofrece en bandeja de plata (como a Kumari) con impagables nutrientes, made by El Mundo y Su Gente.
Juntos Mola Más, que somos todos los que compartimos esta forma de viajar, hayamos o no viajado juntos todavía, seguiremos batiendo esas alas que se sienten al otro lado del mundo y se tornan en nuestros corazones.
Y vendrán más viajes, con nuevos intrépidos que buscamos algo real y diferente, pero todo lo que ya hemos compartido lo conservaremos con cariño (mucho cariño), vinculados a esas personas sin reservas.
Como todo, es necesario sentirlo en carnes para entenderlo. No hay otra manera.
Así que nos veremos, con la mochila a cuestas, yendo hacia otro continente, a algún rincón de España, o a un destino sin nombre antes de embarcar. Donde se nos tercie.
Ya sabéis, nos dejamos llevar...😊
Gracias por el amor tan sano y la confianza sincera, que hace que todos brillemos.
Hacer el amor con el mundo💛
JUNTOS MOLA MÁS
JUNTOS MOLA MÁS
Sube al Himalaya
Llega al Everest
Siente el aire
Que viene Fresh Fresh
Bistari Bistari
Con ritmo nepalí
Venimos con ganas
Viaja, crece y ama
Juntos Mola Más
Esta es mi canción.
Pero… ¿Y el Annapurna pa’ cuando?
Bea
Gracias Bea, qué bien descrito y expresado. Me he emocionado leyéndolo y reviviendo el viaje. Gracias por tu implicación. Este viaje nos ha marcado a muchos, entre los que me incluyo. Esperemos que sea el primero de muchos, y que mientras tanto nos sigamos viendo por el camino. Besos!
ResponderEliminarBea es un placer haberte encontrado en el camino.
ResponderEliminarHa sido una experiencia única e inolvidable.
Lo describes a las mil maravillas.
Y te lo digo yo que por tercera vez en este viaje me caen las lagrimas desoladamente, pero ésta es sin duda de alegría.
Y es difícil sacar esos sentimientos en mi.
Eres una persona maravillosa.
Espero seguirte por muchos años màs y descubrir bellos mundos contigo
Os queremos patronas
No sabéis lo importante y necesario que es que haya gente como vosotros en este mundo
Juntos mola màs , forever
Muchas gracias por todo lo que ofreceis
guauuu...
ResponderEliminarBea eres una maravillosa persona que brillas con luz propia y consigues sacar nuestro lado más bello.
Señoras patronas con personas como vosotras por bandera es muy fácil viajar, aprender, crecer, vivir... esta experiencia ha marcado en mi un antes y un después, con este apartadito en tu blog puedo volver a redimir todos los días allí junto a vosotrxs.
Gracias! (corazón amarillo corazón amarillo)
Seguimos en contacto y sobretodo espero que sea coincidiendo!
Solo puedo decir GRACIAS, cuando las palabras salen del corazon pintan asi de bonitas, creo que en todos es coincidente que ha sido un viaje para vivir, recordar y nunca,nunca olvidar, es algo maravillosamente imposible. Un viaje,que en mi caso, deseo de corazon que sea la llave de muchas puertas que quiero abrir, pues gracias a JMM pero sobre todo a la suerte inmensa de haberos conocido, siento la fierza sufiente para ello. Solo espero que esto solo sea el comienzo y sigamos enriqueciendo nuestro alma, corazón y espíritu juntos. GRACIAS a todos los que hacéis posible que sentimientos así, broten sin control. Gracias por formar parte de nuestras vidas!
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